LA FIGURA DEL TUTOR A DISTANCIA
Ser paciente y amable en una palabra, tolerante con la persona que está a nuestro cargo . Debemos recordar, que principalmente al comienzo el educando suele sentir temor y soledad en esta forma de trabajo.
- Ser equilibrado- Dar a todos las mismas posibilidades de participación, especialmente en los foros, chats y todo tipo de trabajo colaborativo. Debe saber animar al más tímido y frenar al más impulsivo.
- Generar confianza y calidez, en una palabra manifestar empatía hacia todos los educandos.
- Ser claro y preciso en sus indicaciones y explicaciones, recordando la distancia que hay en el proceso, aunque el Tutor trate de contestar o ayudar al alumno rápidamente, o que los compañeros se comuniquen con el .
- Rápido en sus respuestas .Es muy importante que el Tutor conteste con rapidez y eficiencia lo que se le pregunta, tratando de que el alumno lo sienta presente aunque no lo vea en forma permanente.
- Poseer solidez pedagógica y académica, lo que le va a permitir dar seguridad a los participantes. También debe tener conocimiento de las herramientas informáticas, aunque no debemos confundir al Tutor con un profesional de la informática. Por el contrario sería bueno, que a este lo acompañara un especialista en el tema.
- Ser capaz de planificar en forma sistemática y responsable los diferentes módulos con que se va a trabajar, respetando los plazos establecidos
- Ser a la vez creativo y flexible, adaptándose con facilidad a los imprevistos que puedan surgir. Recordemos que trabajamos con personas diferentes entre si, muchas veces de distintos lugares y orientaciones,y que estas trabajan con máquinas, las cuales les pueden presentar variados problemas técnicos.
- Ser capaz de realizar un seguimiento académico y motivacional a cada uno de sus estudiantes, lo que le debe permitir conocerlos bien . Jamás abandonar un alumno, atraerlo o estimularlo de todas las formas posibles.
- En una palabra, ser responsable de su trabajo tratando de que el proceso llegue a buen término.
Entender la naturaleza y filosofía de la educación a distancia.
• Identificar las características de los estudiantes que aprenden físicamente separados del docente.
• Idear y desarrollar cursos interactivos adaptados a las nuevas tecnologías.
• Adaptar las estrategias de enseñanza al modo de entrega en la modalidad a distancia.
• Organizar los recursos instruccionales en un formato apropiado para el estudio independiente.
• Formar y practicar en el uso de los sistemas de telecomunicaciones.
• Implicarse en la organización, planificación colaborativa y toma de decisiones.
• Evaluar los logros de los distantes estudiantes, sus actitudes y percepciones.
http://www.eumed.net/rev/cccss/03/sl.htm
CUALIDADES DEL TUTOR A DISTANCIA
Lentell (1995) nos habla de que el tutor de enseñanza a distancia ha de ejercer y mostrar condiciones de apoyo, entusiasmo, ánimo, empatía, demostración, explicación, clarificación, ubicación de objetivos, evaluación, realimentación, corrección, graduación. En definitiva, estas características y las señaladas anteriormente para los tutores harán de éstos, sin duda, unos auténticos superhombres.
Si tratásemos de resumir todas estas cualidades, resulta de interés la aportación de Spruce y otros (1988). En todos los ámbitos educativos se ha insistido en averiguar cuáles podrían ser las cualidades ideales del tutor u orientador. Ha sido mucha la literatura escrita sobre la cuestión. De todas formas, a pesar de la variedad de perspectivas y conclusiones de todos estos estudios, parece que básicamente se reiteran cuatro cualidades principales en el tutor que fundamentan una buena acción tutorial o dificultan, en casos de ausencia, esa labor. Estas cualidades son:
cordialidad, aceptación, honradez y empatía. Vamos a aproximarnos a cada una de ellas.
1- Cordialidad
La cordialidad es la capacidad de hacer que las personas que tratan con nosotros se sientan bienvenidas, respetadas y cómodas.
Podemos mostrarnos cordiales ante los alumnos, en los distintos tipos de contacto, a través de:
• El lenguaje corporal, gestos, expresiones, etc.
• Tono de voz (atención al teléfono)
• Lo que se dice y escribe y cómo se dce.
Pueden dificultar la cordialidad:
• Los propios sentimientos. Difícilmente transmitiré cordialidad si no estoy o me siento bien en ese momento.
• Falta de confianza, timidez
• Excederse en el trato afable puede entorpecer la relación. Tratar al alumno como nos gustaría que lo hiciesen con nosotros.
• Relación con alumnos molestos, airados, deprimidos o problematizados por cuestiones ajenas al estudio que realizan.
2- Capacidad de aceptación.
Es fundamental que el alumno esté relajado y satisfecho. Aceptar la realidad del estudiante a través de la relación presencial, postal, telefónica, etc., es fundamental. En sus contactos con el tutor debe quedar convencido de que es merecedor de respeto y atención. Criticar airadamente las acciones del estudiante pueden llegar a romper la comunicación, la cordialidad y la cercanía.
3- Honradez.
Sinónimo en este caso es la autenticidad. Ser honrados o auténticos no creando en el estudiante falsas expectativas sobre lo que podemos ofrecerle o sobre el curso que piensas realizar o está cursando. Cuidad los sentimientos manifestándonos con honestidad, sin complejo de superioridad y poseedores de toda la verdad.
4- Empatía.
El concepto de empatía debemos distinguirlo de los de simpatía e identificación. Empatía significa sentir el daño, la tristeza, la alegría o la satisfacción del otro de la forma más aproximada a como éste lo siente.
Es decir, ponernos en lugar del otro. Es quizás la empatía la cualidad más importante que puede poseer un tutor. Sendo la simpatía muy beneficiosa como ayuda natural e inmediata, difícilmente resuelve problemas o ayuda a las personas a cambiar.
Todo tutor debe cultivar la capacidad:
Capacidad de escuchar y leer.
Nos encontraremos con un tutor ideal, si a las cuatro cualidades reseñadas añadimos la capacidad de una escucha y lectura activa e inteligente.
Por escucha/ lectura activa podemos entender la actitud de interés por lo que se le cuenta. En su caso, se debe notar que se está escuchando o que se leen con atención los mensajes o trabajos por él enviados. Se debe mostrar un alto grado de comprensión y respeto, pero que se note.
Por escucha/lectura inteligente debemos interpretar que el tutor debe escuchar/ leer lo que se dice /escribe y lo que no se dice/ escribe intencionalmente o inconscientemente. Esa inteligencia debe animar al estudiante a expresar sus sentimientos y preocupaciones sin verse sometido a coacción. Para cultivar esta capacidad de escucha, podemos señalar cuatro técnicas fáciles de utilizar, siguiendo a Spruce y otros (1988), en este caso referido sólo a la escucha:
• Reflexión o reflejo. Se trata de reflejar el sentimiento o idea dominante de lo que acaba de decir el estudiante, resumiendo o parafraseando sus palabras, omitiendo toda evaluación crítica y toda opinión. No consiste en repetir sencillamente las últimas palabras del estudiante, sino de reformular la afirmación, de tal forma que se estimule al estudiante a proseguir.
• Evitar preguntas que se pueden responder con un SI o un NO y las preguntas que comienzan: ¿Por qué? Estas preguntas tienden a cortar el flujo natural de los pensamientos de un estudiante. Tienden a considerar el contacto, relación o entrevista como un interrogatorio y ponen al estudiante a la defensiva.
• Recordar que se sigue escuchando. Tanto en la relación presencial como telefónica resulta interesante seguir recordando al estudiante que se le sigue escuchando (especialmente por teléfono), a base de sonidos, ruidos o palabras breves (ya, si, hum,uh-uh,etc.). Así, sin interrumpir se intercalan estos sonidos para que el estudiante perciba que se le está siguiendo.
• Escuchar el silencio. No interrumpir durante los vacíos de una conversación. A veces, el silencio es embarazoso y amenazante, por eso procuramos rellenarlo con algún comentario. Con frecuencia esto no es necesario porque al hacerlo estamos cortando la lenta reflexión del alumno.
1- Funciones Tutoriales en la Enseñanza a Distancia.
En la docencia presencial, mediante la metodología tutorial, basada en la ayuda y trato personal con el alumno, se procura complementar las enseñanzas que, a través de clases magistrales o conferencias, se imparten en los centros convencionales . No se trata de transmitir más información al estudiante, sino de ayudarle a superar las dificultades que le plantea el estudio de las distinta materias o cursos. Éste es el sentido que pretende darse al tutor de la enseñanza a distancia, la mayoría de cuyos centros o instituciones disponen de servicios de tutoría que intentan reducir la distancia.
El tutor deberá esforzarse en personalizar la educación a distancia mediante un apoyo organizado y sistemático , que propicie el estímulo y orientación individual , la facilitación de las situaciones de aprendizaje y la ayuda para resolver las dificultades del material didáctico. Por eso esta ayuda se convierte en elemento esencial y no secundario para un adecuado proceso de enseñanza y aprendizaje. La tutoría, en efecto, conforma un componente de primer orden en los sistemas a distancia dado que, a través de ella se lleva a cabo en gran parte, el proceso de retroalimentación académica y pedagógica, se facilita y se mantiene la motivación de los alumnos que se valen de ella (Viser, 1998), y apoyan los procesos de aprendizaje.
El tutor ha de combinar estrategias, actividades y recursos que actúan como mediadores entre una materia o curso y el estudiante, con el objeto de incrementar su entendimiento de los materiales de enseñanza y, en consecuencia, su rendimiento académico en el contexto del sistema de educación a distancia. El tutor es considerado un elemento importante en la red de comunicación que vincula al estudiante con la institución. Alrededor del 90 % de las instituciones a distancia disponen de organización para el apoyo y orientación a los estudiantes (Holmberg, 1985). Al tutor, efectivamente, le compete fomentar esa necesaria relación de comunicación intensa y personal con el alumno y facilitarle su consejo para ayudarle a resolver los problemas de aprendizaje e incluso personales. Este último autor, refiriéndose a los estudiantes de las instituciones a distancia, señala lo siguiente (Holmberg,1985:87).
"La experiencia acumulada nos indica que los estudiantes actuales y futuros necesitan servicios de asesoramiento, tanto de carácter puramente informativo como también en el plano del aliento moral. Necesitan información acerca de las líneas de estudio que les interesan, adónde conducen y cómo son. En muchos casos, también desean tener acceso al consejo personal antes de tomar la decisión de estudiar y durante el estudio."
Parece aceptarse por buena parte de las instituciones a distancia que la función del tutor puede concebirse en una doble dimensión , ayudar al estudiante a superar las dificultades que se presenten en el estudio de los contenidos y orientarles en el buen uso de los materiales (Lamps,1980:18).
Aunque también es muy importante la relación personal y profesional con los restantes tutores del centro, con el fin de propiciar la necesaria acción coordinada.
2- Visión Especializada de las Funciones del Tutor
A- FUNCIÓN ORIENTADORA (Counselling)
En la enseñanza a distancia el contacto personal queda reducido al mínimo, y por ello, se podría hacer patente la despersonalización del proceso de enseñanza aprendizaje. Pero ¿será posible en la enseñanza a distancia llevar a cabo funciones tales como la motivación al estudio, la crítica de los contenidos transmitidos, la aplicación de esos conocimientos, la formación, en definitiva? La orientación personal, la ayuda individualizada y el contacto con los compañeros que están en situación similar posibilitan esta formación.
La relación entre tutores y alumnos aminora las tasas de abandonos que soportan estas instituciones y estimula al que piensa que está poco dotado intelectualmente para acometer la tarea porque, trabajar en solitario predispone al desaliento.
LLos estudiantes a distancia se desaniman fácilmente..., al no contar con tutores con los que comentar lo que no entienden ni con compañeros con los que compararse, que les permitan comprender que no son los únicos que tienen dificultades"(Rowntree, 1986: 117)
Entendemos que la orientación debe integrarse plenamente en el proceso educativo de los alumnos desde la vertiente no meramente de exploración psicológica y consejo orientador, sino como ayuda continua a la personalidad del educando de forma que éste pueda adoptar libremente los pertinentes puntos de vista personales, precisos para decidirse por las alternativas más convenientes y ajustadas a su personalidad, entorno y posibilidades de entre las múltiples que les brindará el entorno. Hace más de tres lustros entendíamos una notas básicas que debía conllevar el proceso orientador, que adaptado a la educación a distancia, podríamos resumirlas en las siguientes (García Aretio, 1985)
• Integralidad. Orientación dirigida a todas las dimensiones de la persona.
• Universalidad. Orientación dirigida a todos los individuos tutelados, sean esto más o menos inteligentes, dado que no existe alumno que no esté problematizado, que no tienda a alcanzar nuevas y más altas cotas de eficiencia al enfrentarse a problemas nuevos.
• Continuidad. Orientación realizada a lo largo d todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. No debe tratarse de meras intervenciones esporádicas y no planificadas.
• Oportunidad. Orientación que, al margen de la continuidad, deberá atender de manera especial a los momentos críticos del proceso: inicio de los estudios, previsibles fases más complejas, preparación para la evaluación final.
• Participación. En el caso de tratarse de alumnos matriculados en más de una materia o curso de la misma institución, deberá cuidarse la coordinación y participación en el proceso de todos los tutores implicados.
La función de orientación y ayuda del tutor; centrada fundamentalmente en el ámbito afectivo, de las actitudes y emociones, podría concretarse en las siguientes tareas (García Aretio, 1987,1994, 1999):
• Informar a los participantes sobre los objetivos y contenidos del curso o materia en cuestión, ayudándoles a clarificarlos pidiéndoles su opinión y destacando la relevancia de unos y otros.
• Aclarar los prerrequisitos necesarios para acometer el estudio del curso o materia, ofreciendo ayuda específica a los alumnos que tuvieran determinadas deficiencias, con el fin de nivelar sus mínimos.
• Guiar la planificación y desarrollo del proceso de aprendizaje. Proponer caminos posibles para el logro de objetivos y contenidos.
• Integrar los progresivos objetivos y contenidos de aprendizaje en la globalidad de la materia o curso, destacando los aspectos fundamentales y los elementos de interconexión con otras unidades de estudio.
• Prevenir con antelación suficiente loas previsibles dificultades y problemas de aprendizaje que pudieran surgir y cuando éstos afloren, aclarar las dudas.
• Reforzar los materiales de estudio interpretándolos, cuestionándolos y supliendo sus deficiencias, mediante la discusión y aclaración de dificultades y problemas, las complementación de lagunas en los contenidos y la ampliación de éstos.
• Mostrar las diversas metodologías de estudio del curso o materia correspondiente. Regular la secuencia, ritmo e intensidad de aprendizaje.
• Esforzarse por relacionar los objetivos y contenidos de estudio con las necesidades e intereses del participante justificando permanentemente su utilidad.
• Facilitar a los estudiantes la integración y uso de los distintos recursos puestos a su disposición.
• Facilitar y fomentar el uso de bibliotecas, mediatecas, talleres, laboratorios, computadores, etc., así como las visitas a museos, exposiciones, monumentos, fábricas, centros e instituciones, siempre en función de la índole y nivel del curso o materia.
• Realizar las tareas de evaluación encomendadas y aplicar las diversas técnicas que lo permitan:
- Valorar inicialmente al alumno para orientar, enjuiciar y discriminar.
- Valorar de forma continua el grado de dominio de los aprendizajes.
- Diagnosticar las dificultades del aprendizaje.
- Determinar las causas de estas dificultades.
- Recomendar las tareas pertinentes para superar las deficiencias detectadas.
- Informar formativamente a los alumnos de los resultados de la evaluación de sus aprendizajes, devolviendo los trabajos y pruebas (corregidas, calificadas y comentadas) con la mayor inmediatez y siempre dentro de los plazos establecidos, si los hubiere.
- Retroalimentar el sistema.
B- FUNCIÓN INSTITUCIONAL Y DE NEXO.
Las funciones anteriores deberán complementarse, con las que hagan referencia a su propia formación como tutor, a cuyos contenidos básicos después nos referimos, a las de enlace entre estudiante e institución y las inevitables de carácter institucional y burocrático. Estas funciones, de manera más específica que las referidas a los dos anteriores bloques, precisan, en muchos de sus apartados, de la clarificación de las características, dimensiones y organización de cada institución en particular.
Para ello, y con la salvedad descrita, EL TUTOR DEBERÁ:
• Participar de la filosofía que comporta el sistema de enseñanza a distancia en general e identificarse con la cultura particular de la institución.
• Conocer los fundamentos, estructuras, posibilidades y la metodología de la enseñanza a distancia en general y particular de la institución y mantenerse permanentemente actualizado mediante la participación en las actividades de formación que a tal efecto puedan organizarse.
• Colaborar y mantener los contactos convenientes con los profesores -últimos responsables del curso- si existen- y con los demás tutores o consultores que incidan en el mismo alumno, con el fin de llevar a cabo una acción coordinada que evite el desconcierto de éstos.
• Elaborar los pertinentes informes tutoriales basados en los trabajos de evaluación a distancia y del conocimiento directo del participante, con el fin de enriquecer la evaluación final si la responsabilidad última de ésta no es del tutor.
• Conocer y evaluar los materiales de estudio, así como las restantes variables curriculares (objetivos, contenidos, secuencia, incentivos, método, actividades, evaluación, etc.) y emitir los correspondientes informes, con l fin de realimentar el proceso.
• Informar a los alumnos durante el período de preinscripción de las características del sistema y de la oferta concreta de cursos de la institución.
• LLevar al día el trabajo burocrático preciso referido al expediente o protocolo del estudiante, registrando en él todos los datos requeridos al inicio y las incidencias propias del proceso y resultados del aprendizaje.
• Prever los trabajos y ayudas específicas que requieren alumnos con determinadas dificultades, impedimentos o desventajas (reclusos, enfermos, alumnos en el extranjero, discapacitados, etc.)
Finalmente, pensamos que el tutor no debe olvidar qué opinión tiene de él, el grupo de estudiantes que atiende, porque el valor que las percepciones de los alumnos hacia los roles de sus tutores afectan positivamente a la mejora de la tarea de éstos.(Stevenson y otros, 1996).
http://www.cird.org.py/formadores/Modulo9.html